Ahora es cuando empiezo a volar.
Estoy tan acostumbrada ya a las decepciones y a dejar ir a las personas de mi vida, que ya es puro tramite. Pero esta vez he estado tan ciega que ha tenido que venir una persona externa a abrirme los ojos, y eso si que es vergonzoso. Yo solía tener buen ojo para detectar a la gente hipocrita y falsa, más que nada porque cuando los has tenido tan cerca ya te inmunizas pero vosotras debisteis de anular los efectos porque tuvisteis el poder de jugar con mis sentimientos como os dio la gana. Y yo, como tonta, volviendoos a perdonar que hicierais daño a gente de mi entorno que ni siquiera os habiais molestado en conocer. Prejuicios les llaman, los mismos que luego pretendeis que no tengan con vosotras porque entonces ya soy la peor persona del mundo entero, y vosotras unas santas. Os faltan las alas. Las de Lucifer, digo, porque de santas teneis bien poquito. Vuestras cartas de amor y vuestros te quieros pasaron a ser de la noche a la mañana puro odio y palabras envenenadas, quizá porque