Los monstruos no viven debajo de la cama,sino dentro de uno mismo.

Después de mil lecciones aprendidas, de lagrimas, de risas, de desengaños y de vivencias, tengo que despedirme de ti. Contigo he llorado, me he desesperado, he querido tirar la toalla mil veces, pero sobre todo, he aprendido. Y vaya si he aprendido, este año ha sido el de los aprendizajes. He aprendido a distinguir las amistades interesantes de las interesadas. He aprendido a tener paciencia, a no morir en el intento de plantarle cara a mi ansiedad cuando todo se escapa de mi control. He aprendido a abrirme más al mundo, pero siempre con el airbag preparado, por si acaso vuelven a empujarme al vacio. He aprendido a exprimir cada momento al maximo, ya sea sola o acompañada, pero si tiene que ser acompañada mejor con personas que aporten, que si no van a estar ahi cuando el mundo se te caiga a los pies, mejor que se aparten de tu camino. He aprendido a sumarme yo sola, que aunque a veces cueste creerlo, lo valgo mil veces más que muchas de las personas que tenemos en un pedestal sin mer

Siempre he tenido miedo de dejar que alguien llegara a conocerme realmente porque sabía que no le gustarían mis demonios. Intentaba evitar a toda costa dejar entrar a alguien en mi vida hasta el punto de que pudiera conocer mis inseguridades, mis miedos. Hasta que llegaste tú, y calaste tan hondo en mi que no pude evitar dejarte entrar, y lo que hiciste no fue asustarte sino quedarte conmigo todos estos años y ayudarme a curar todas mis heridas de guerra, una por una. Has sido la compañera mas valiente y más fiel que he encontrado nunca, y no sabría como agradecerte todo lo que has hecho y sigues haciendo por mí día a día. Has sido ese pilar en el que sujetarse cuando todo daba vueltas y la calma después de la tormenta, fuiste cada paracaídas al saltar del avión. Que siempre se abría aunque pareciese que no. Has sido esa persona con la que poder ser yo misma sin miedo a que me rechazaras o a que te avergonzaras de mi. Mi compañera de locuras, de conciertos, de noches locas bailan

Las amistades de hoy en dia ya no son duraderas. Son efimeras, intermitentes, tan abstractas como una pantalla o un simple mensaje en las redes sociales. Las personas ya no luchan por mantener a los demás en su vida, porque con un simple click ya tienen a otros cientos de personas dispuestos a entrar en su vida, y no valoran que tal vez  entre todos esos cientos de contactos solo haya uno o dos reales. Preferimos presumir de tener cientos de colegas, en vez de tener amistades verdaderas. Porque ya no nos encariñamos de nadie, no vaya a ser que terminen haciendonos daño. A veces pienso que soy un poco antigua. Soy de esas pocas personas que todavía valoran las amistades, que cuando conocen a alguien nuevo se ilusiona y se esfuerza por conocerle mejor y por tener detalles con el/ella. Soy de ese 1% que se desvive por los demás, y al cabo del tiempo se acaba dando cuenta de que nadie haría lo mismo por ella, que recibe menos de la mitad de lo que entrega. Es tanto pedir una amistad que

Odio esa jodida impotencia que siento cuando me entra la ansiedad. Esa maldita sensación de 'no puedes hacer las cosas que para los demas son super sencillas porque tú siempre vas a tener ese obstaculo que no es otra cosa que tu mente diciendote que para ti es imposible que puedas hacerlo.' Y esque en cuanto algo de sale lo más minimo de mi zona de comfort, ya vuelve la angustia, las ralladas mentales, el nerviosismo extremo, el bloqueo y como consecuencia, el fracaso. Y mientras los demás van consiguiendo poco a poco sus metas, tu consigues avanzar a pasos de tortuga porque tu misma ya te bloqueas pensando que va a volver a pasarte lo mismo, que ese monstruo te llamará a la puerta de nuevo al grito de  'Hola, me llamo ansiedad y vengo a tocarte un poquito más los ovarios, para variar.' Y esque la ansiedad no es 'hacerte la victima' o 'exagerar para llamar la atención' como los demás piensan. Es un jodido obstaculo que va poniendote trabas allá dond

Recuerda cada kilómetro que recorrí por ver tus ojos a milímetros de los míos, que fueron cientos pero valieron la pena por tenerte a centímetros.  No me arrepiento para nada de llamarte idolo, pues sin duda apoyarte es la mejor decisión que he tomado nunca. 

La violencia, el control, los celos y la rabia no son sintomas de amor. Solamente son sintomas de la inseguridad que siente la otra persona, que proyecta hacía los demas intentando esconder que tiene el mismo miedo o más que tú. Querer a una persona no es controlarla ni hacerle sentir que si no hace lo que tú quieres no te merece. Querer a una persona es respeto, tolerancia y confianza.  Y si no vas a saber quererme bien, mejor no me quieras, ya lo hago yo por los dos. Solamente tú sabes lo que vales, y si alguien no sabe valorarlo, mejor saca a esa persona de tu vida.                                                                       (Trabajo de actuación que realicé en clase de interpetración)

Siempre me he considerado una persona solitaria. Que no va acorde con el resto de la sociedad. Muchas veces voy con más gente pero nunca termino de mezclarme con ellos. Es como si viviera dentro de una burbuja que me aísla de todo. O soy yo sola la que me aíslo. Puede que con el paso de los años haya ido acumulando decepciones y cicatrices que me han hecho ir separándome cada vez más y más. Y no te confundas, no es que me pase la vida encerrada en mi cuarto como una ermitaña  y nunca salga de casa ni socialice, a veces si me apetece pasar tiempo con alguien, pero no con cualquiera. Esas pocas personas que tienen acceso a mi burbuja antisocial tienen que ser especiales, tienen que tener algo que me haga sentir cómoda con ellas, que me atraiga su personalidad, de lo contrario a la larga acabarás dejando de formar parte de mi vida progresivamente. Puede que en el fondo escoja a las personas de mi vida en función de si son igual de raras que yo, por eso solo estoy cómoda del todo con un

Si alguna vez alguien os dice que no le tiene miedo a nada, os está mintiendo. Todos, absolutamente todos tenemos miedo a algo. Y no importa lo fuerte que esa persona sea, siempre hay una cosa. Una, que nos da miedo. Quedarnos solos. Le tenemos tanto miedo a la soledad que hariamos cualquier cosa para evitarla. Incluso negar nuestra propia identidad y fingir que somos alguien que realmente no somos. Tenemos tanto miedo que no nos planteamos que las personas por las que sacrificamos todo lo que somos quizás no merecian la pena. No nos damos cuenta de que a veces lo que hacemos no lo hacemos por nosotros mismos, sino por personas que jamás fueron capaces de valorar lo que somos y que por extraño que parezca, las personas a las que prestamos atención son las que más nos valoran. No nos damos cuenta de que a la unica persona a la que tenemos que demotrarle lo que valemos es a nosotros mismos y que si hay algo en la vida que no debe importarnos nada es la opinión de una persona que nos desp