Juguete roto.
Supongo que en tus principios no entraba el luchar por las personas, pero entonces no entiendo porque te aferraste tanto a mi para luego soltarme al primer problema. Llegué a creer que tu amistad era verdadera porque no me hacia falta ni llamarte pidiendo ayuda para que acudieras, tú siempre estabas ahí cuando todo lo demás se nublaba, pero con el tiempo me di cuenta que quizá no fueran actos de amor, si no interés propio y egoísta. Para tener una vía de escape a tus propios problemas, con tal de tener un mono de feria que te distrajese de tu triste vida por un momento. Fui tu juguete favorito durante un tiempo, hasta que te cansaste y me dejaste olvidada de nuevo en la caja porque te diste cuenta que ya no podías seguir acoplándote en mi vida a tu antojo y sin pensar ni un poquito en que yo también necesitaba mi espacio. En cuanto dejé de ser complaciente, empezaron las quejas. fue demasiado para ti tener que adaptarte a alguien que no fueras tú misma. Quizás ahora te eche de menos,