Vives fingiendo que no tienes un corazón, para evitar que te lo rompan.

Cuando pasas la mayor parte de tu tiempo sola, llega un momento en que deja de importarte la soledad. Y te acostumbras. Ya no es una molestia, es más, prefieres estar sola a estar rodeada de un montón de personas que tarde o temprano, acabarán por dejarte hecha añicos o por fallarte.
Prefieres salir a caminar sola, prefieres viajar sola, prefieres que tus padres salgan para poder disfrutar de toda la casa para tí sola, prefieres dormir sola en la cama. Y cuando hay mas personas, no te molesta ser la chica solitaria de la esquina que está escuchando musica y que jamás ha intercambiado una palabra con nadie.
Tienes miedo de los demás. Te han herido, te han fallado, y te han destrozado de tal manera que has desarrollado una especie de odio hacia todo el mundo. Te has convertido en una chica timida, reservada,  fría, independiente. Has creado una coraza alrededor de tu corazón para que nadie pueda acceder a el tan facilmente, para evitar que teminen de romper lo que ya lleva tiempo hecho pedazos. O para comprobar quien se esfuerza lo suficiente como para intentar traspasar esa barrera y permanecer contigo.Vives fingiendo que no tienes un corazón, para evitar que te lo rompan.
Pero en el fondo, sabes que todo esto no es bueno. Vives en un mundo de soledad, pero tienes miedo de que esa soledad no se termine nunca, miedo de que nadie sea capaz de traspasar esas barreras. miedo de permanecer sola el resto de tu vida. Porque aunque pretendas fingir que nada te duele, o que has perdido el interés por todo, lo unico que necesitas realmente, es que alguien venga, te abrace, y te diga que todo va a estar bien. Lo unico que necesitas es una persona que se preocupe por ti, y te haga olvidar que la vida, a veces, puede ser una verdadera hija de puta. Pero solamente a veces.