Contigo sonrio, sin ti me derrumbo.
Gracias. Es todo lo que puedo decirte. Gracias, una y mil veces, por hacerme sentir como hiciste aquel dia 07 de Mayo de 2015. Hace hoy una semana de aquel dia, pero recuerdo perfectamente como sucedió todo. Como unos dias antes de que llegaras tú, estaba al borde de un ataque de nervios, por el nerviosismo que me causaba verte tan cerca. Como llevaba un mes esperando a que llegara ese dia, para verte brillar por primera vez. Aquella fue la primera vez que te ví, subido encima de un escenario, con esa sonrisa que me roba el aliento todos los dias, y esa voz, capaz de calmar al peor de mis demonios. La primera vez, y espero que le sigan muchas más.
Aquella noche estuviste increible, chiquitín. Nunca olvidaré lo que sentí al verte salir en aquella primera canción. Se llamaba Todo Terminó, pero mi sueño nada más acababa de empezar. Nunca podría olvidar el escalofrio que recorrió todo mi cuerpo cuando te ví, por fin, a centimetros de mí. Cuantos dias habia estado esperando ese momento, tanto tiempo deseando sentirte cerca de mi, y por fin estaba sucediendo, y yo simplemente no podia creer que todos mis sueños estuvieran concentrados en aquel instante. Solamente un instante, y una sonrisa se dibujó en mi cara. Una sonrisa que duró dos horas, dos horas, que se me pasaron como dos segundos.
Como podría olvidar esa emoción, cuando te grité un te quiero, y te me quedaste mirando como si por ello me debieras la vida? Nunca me cansaria de decirtelo, pequeño. Te quiero. Y creo que un texto escrito en un blog que posiblemente nunca leerás, no es suficiente para demotrarte lo bien que me hiciste sentir aquel dia. Ni siquiera un millón de tuits. Ni siquiera aquella carta que te lancé al escenario, con la esperanza de que la leyeras y supieras por fin todo lo que significas para mi.
Porque puede que no lo sepas, pero eres lo mejor que tengo, pequeñajo. El que me ha sacado de mis peores momentos, el que ha sido capaz de secar las lagrimas de mi cara sin siquiera tocarme. El que ha calmado como nadie mis demonios interiores, y con solamente una canción y una preciosa voz, ha conseguido hacerme sentir como si la vida volviera a cobrar sentido. Como si los malos momentos desaparecieran en un soplido, como si con tu musica, me envolvieras en tus brazos, desde la distancia.
Porque solamente cuando me pongo los cascos y empiezo a reproducir tus canciones, consigo olvidarme de lo dolorosa que puede ser a veces la vida real.
Aquella noche estuviste increible, chiquitín. Nunca olvidaré lo que sentí al verte salir en aquella primera canción. Se llamaba Todo Terminó, pero mi sueño nada más acababa de empezar. Nunca podría olvidar el escalofrio que recorrió todo mi cuerpo cuando te ví, por fin, a centimetros de mí. Cuantos dias habia estado esperando ese momento, tanto tiempo deseando sentirte cerca de mi, y por fin estaba sucediendo, y yo simplemente no podia creer que todos mis sueños estuvieran concentrados en aquel instante. Solamente un instante, y una sonrisa se dibujó en mi cara. Una sonrisa que duró dos horas, dos horas, que se me pasaron como dos segundos.
Como podría olvidar esa emoción, cuando te grité un te quiero, y te me quedaste mirando como si por ello me debieras la vida? Nunca me cansaria de decirtelo, pequeño. Te quiero. Y creo que un texto escrito en un blog que posiblemente nunca leerás, no es suficiente para demotrarte lo bien que me hiciste sentir aquel dia. Ni siquiera un millón de tuits. Ni siquiera aquella carta que te lancé al escenario, con la esperanza de que la leyeras y supieras por fin todo lo que significas para mi.
Porque puede que no lo sepas, pero eres lo mejor que tengo, pequeñajo. El que me ha sacado de mis peores momentos, el que ha sido capaz de secar las lagrimas de mi cara sin siquiera tocarme. El que ha calmado como nadie mis demonios interiores, y con solamente una canción y una preciosa voz, ha conseguido hacerme sentir como si la vida volviera a cobrar sentido. Como si los malos momentos desaparecieran en un soplido, como si con tu musica, me envolvieras en tus brazos, desde la distancia.
Porque solamente cuando me pongo los cascos y empiezo a reproducir tus canciones, consigo olvidarme de lo dolorosa que puede ser a veces la vida real.
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